Otro año más que se acaba; y he de decir que se ha pasado volando.
Y no por esa extraña sensación de que cuando más crecemos, más rápido nos parece que pasa el tiempo.
Más bien, es porque ha sido un año formidable; el mejor, sin duda, de los casi 9 que llevo viviendo en Madrid. Y también se da el hecho de que nuestra percepción del tiempo es más rápida cuando estamos disfrutando.
Desde que estoy aquí, el número 22 ha sido algo así como mi número de la buena suerte; ya que diversos acontecimientos importantes en mi vida han ocurrido en días 22:
- El 22 de Julio de 2014 fue el día de mi viaje de mudanza de Lanzarote a Madrid
(No sé por qué, elegí ese día y no sentía el mismo entusiasmo si me iba en cualquier otro día; era como una corazonada); porque desde entonces:
- El 22 de Octubre de 2014 encontré mi primer empleo; me dieron esa oportunidad que tanto buscaba y no me brindaban porque no tenía experiencia.
- El 22 de julio de 2015 fue cuando aprobé el teórico del carnet de conducir.
- El 22 de Diciembre de 2020 encontré, por fin, a una persona que formó parte de mi adolescencia pero que perdimos el contacto y lo estuve buscando durante años cuando empezó el auge de las redes sociales; y lo buscaba por todas ellas. Sin éxito alguno, hasta que ese día lo encontré. Es la persona de la que hablo en esta entrada.
Por todo ello, el año 2022 no iba a ser menos; y desde que empezó, sentí que este iba a ser mi año.
¡Y vaya que si lo ha sido!
Principalmente, porque ha sido el primer año que he pasado al completo con una persona a la que le tengo un cariño muy grande.
Cuando otras veces me ha pasado que he estado muy contenta con alguien a quien había conocido, o que me gusta, y con quien parecía que todo iba bien pero de repente toma distancia de mí sin ninguna explicación, (Aquí comento uno de esos casos), con Mauro no fue así, aunque yo al principio tenía miedo de que eso volviera a pasar a medida que yo veía cómo me iba encariñando, pero no.
Llegamos al año, y lo superamos; porque nos conocimos en persona el 14 de Diciembre de 2021 y el hecho de haberme decidido, por fin, a quedar con él, supuso un cambio muy positivo en mi vida; me volví más alegre, más positiva, y todo me hacía más ilusión que hasta entonces.
A veces, me arrepiento de no haber accedido antes a quedar con él; pues me llevaba insistiendo por Whatsapp desde 2019 pero yo era más reacia y desconfiada; quizás por malas experiencias ya vividas con otros hombres que también había conocido por Internet (Nos conocimos en Badoo), y el hecho de que me cuesta coger confianza rápido.
Pero él marcó la diferencia y he vivido el mejor año de todos; estoy muy contenta de seguir y así quiero que siga durando. Parece muy raro que una persona de 34 años nunca haya tenido relaciones largas, pero en mi caso es la primera vez que duro tanto tiempo con alguien; independientemente del tipo de relación que sea, porque no somos novios pero sí lo parecemos; ya que tenemos un trato muy cercano a eso y estaríamos a menos de un paso de serlo.
Con las pocas parejas que he tenido, nunca había superado los 4 meses... Y con él ya llevo un año y sumando... sea como sea, para mí ha representado un logro muy grande cumplir un año con alguien a quien quiero.
Y aunque hubo un par de ocasiones en que distanciamos un poco ese trato por la presencia otras mujeres en su vida con las que sí llegó a algo más (Una en Febrero y otra en Junio), ambos períodos han sido cortos y hemos acabado volviendo a estar como de costumbre; así que me quedo con lo bueno y borro de mi memoria esos dos baches; las únicas ocasiones del año que para mí han sido las más sombrías y amargas. Aunque también he de decir que sigue presente ese miedo a perderle otra vez si vuelve a aparecer alguien más con quien esté más a gusto que conmigo.
Al final, no hubo ni un solo mes del año en que no hayamos quedado; como mínimo, 3 veces; y ha sido un año lleno de nuevas vivencias e incluso planes a futuro; como un pequeño viaje que espero que no se quede en palabras como me pasó con la otra persona. Porque me hace muy feliz todo lo que estoy viviendo. Todos los planes, toda la complicidad, todo el apoyo mutuo, etc.
Si cada vez que quedaba con él me sentía extremadamente feliz, esa felicidad se multiplicaba cuando al final del día venía aquí a dormir con él y pasaba también todo el día siguiente si lo tenía libre. Otras veces, acordábamos que yo fuera a su casa y solía coger el primer autobús de la mañana para aprovechar bien todo el tiempo. Eran mis mejores madrugones; y eso que yo siempre he odiado madrugar. Pero en este caso, me levantaba a las 5 de la mañana con todo el gusto del mundo.
Además, para coronar, en el último trimestre del año me mudé a Chinchón; pueblo del que me enamoré desde que empecé a venir en aquel Diciembre de 2014 a ver a Mauro.
Sí, me vine a vivir con él; así que si los primeros 9 meses del año fueron maravillosos, los tres últimos superaron todo lo anteriormente descrito. No hay nada mejor que llegar cansada del trabajo y verle, dormir con él... se me olvida todo el estrés del día.
Las primeras navidades que he vivido sintiéndome totalmente plena; con la compañía que más me llena. Nochebuena con él y su familia. Y aquí me encuentro también en esta Nochevieja; a escasos 10 minutos de las campanadas, esperando para cruzar de año juntos; para dar la despedida a este maravilloso año 2022 y recibir el 2023 a su lado; siendo la primera y única persona a la que abrazo después de la última uva. Porque lo hemos pasado solos, al estar su familia de viaje.
Como era de esperar y como en este balance sólo he hablado de él como el principal motivo por el que mi año ha sido perfecto, pues sí: Esta entrada de mi blog y este balance de 2022 se lo dedico a él.
Por darme el mejor año de mi vida, y justo el año de mi número de la suerte; después del cual, espero que sigan siendo muchos más porque mi vida es mucho más bonita, tranquila, alegre, y se siente más llena desde que trato y convivo con él; y quiero que el resto de mi vida sea igual de bonita que el transcurso de este año.
Va por ti, Mauro, que te quiero muchísimo y eres alguien con quien vale la pena compartir la vida.