Harta de todo

Un cuerpo sin alma. Así es como me siento desde hace un tiempo, no sé cuánto exactamente. No voy a hablar de ningún hecho en concreto; tan sólo de cómo me siento. Simplemente porque no sé cuáles son exactamente los motivos o vivencias que me han hecho sentirme así permanentemente.

Hace 5 años estuve yendo a terapia psicológica porque la orientadora del instituto me detectó un trastorno depresivo. Después de, creo recordar que un año o cosa así, la psicóloga me encontró ya mejor y consideró que ya no hacía falta que siguiera asistiendo a la terapia pero que volviera si volvía a sentirme mal.

Pues bien, desde hace algún tiempo, estoy otra vez harta, cansada, y aburrida de todo y sin ánimos para nada. Todo me da igual, no puedo disfrutar con nada; todo me aburre o me molesta, no tengo ganas de hacer nada ni de ir a ningún sitio; sólo salgo de mi cuarto para comer, ir al baño y pasear al perro. Si salgo, aunque sea con amigos, no me lo paso del todo bien.

Estoy harta de todo lo humano y material que me rodea, de discutir con mis padres, del tipo de vida que llevo, de vivir aquí, de tener que hacer siempre lo que todos me digan y a mí nadie me haga caso, de no poder hacer lo que me apetece por culpa de las obligaciones, de callarme todo lo que siento, de no saber negarme a nada, de que me traten como a un trapo, como si fuese estúpida o como si tuviese 7 años, de tanta injusticia y tantas humillaciones, de que se metan en mi vida, de tener que dar explicaciones de cada movimiento que hago, y de que todavía pretendan que deje de ser zurda; ¿En qué siglo estamos?

El buscar trabajo se ha convertido en algo imposible para lo que ya no me quedan fuerzas. Si en todos lados quieren gente con experiencia, lo cual se adquiere precisamente trabajando, ¿Cómo coño voy a cogerla? Alguna vez tendrá que ser la primera.
Tampoco tengo fuerzas para afrontar mis responsabilidades en casa, y muchísimo menos encargarme de mi hermana, que ya es bastante difícil. ¡No puedo! No puedo hacer nada, todo se me va de las manos. No tengo fuerzas ni ánimos para nada.
Se creen que por no tener trabajo y estar todo el día aquí metida no tengo por qué estresarme... ¡Pues sí que me estreso!  Y a lo mejor, más que los que sí lo tienen; porque por lo menos tienen un sitio a donde ir en vez de estar todo el puto día encerrados subiéndose por las paredes. Y se ganan su sueldo; yo no tengo ni un duro para nada.

Todo el día me siento apagada, triste o de mal humor, a la mínima se me forma el típico nudo en la garganta de cuando uno está a punto de empezar a llorar, y algo tan simple como sonreír me cuesta un esfuerzo enorme.

Y no sé cómo hacérselo entender a mis padres; en parte porque me da vergüenza hablar de mis sentimientos y en parte porque ellos esto no se lo toman en serio; para ellos no tengo nada, me quejo por gusto. Ni siquiera puedo desahogarme y llorar tranquila porque para ellos el llorar parece ser que sólo les está permitido a los niños... Por lo que también me reprimo mucho el llanto. ¿Qué pasa, que cuando crecemos ya no tenemos sentimientos o no podemos expresarlos? Yo creo que nunca se deja de sentir; no hay marcada ninguna edad para ello. Para eso es para lo que vivimos para sentir y dar a conocer cómo estamos por dentro. La salud mental es igual de importante que la física.
Me siento sola ante todo esto; nadie está así por gusto; a nadie le gusta estar así, no encontrar ningún sentido en nada de lo que hace.
 
Quizás, como me ha dicho mucha gente, sea una buena idea independizarme; volar del nido y hacer mi vida... Pero ¿Cómo? Si no tengo trabajo; y por tanto, tampoco dinero; que es lo principalmente necesario para independizarse. A mi alrededor, todo; absolutamente todo, es una mierda.
Ya no sé qué esperar en la vida; estoy a la deriva, quiero mandarlo todo a la mierda; romper con todo y largarme a tomar por culo; cambiar de aires y estar más cerca de familiares a los que echo de menos.
Estoy aburrida de vivir en Lanzarote; así que quiero irme a Madrid; la tierra que me vio nacer, donde está parte de mi familia y mis raíces. O a Barcelona donde también tengo familiares y amigos. 
Allí me gustaría reemprender una nueva vida en otro lugar, sacarme el carnet, coger el coche e irme a la aventura; conocer todos los rincones de la Península.
Aunque al principio dije que no iba a comentar hechos o causas concretas, este lo pongo porque es la única ilusión que me queda en esta vida tan sombría y tan sembrada de problemas. 
Todo lo demás me da igual.

¿Es normal estar así con 24 años? La gente me dice que con la edad que tengo debería comerme el mundo, que no tengo por qué deprimirme, que debería estar siempre feliz, que estoy desperdiciando mi vida. Pero... ¡No sé qué hacer para sentirme bien; repito, no estoy así por gusto ni por querer llamar la atención como muchos piensan!
Tengo mucho malestar acumulado y ya no sé qué hacer ni dónde buscar ayuda.

Incluso tengo la sensación de estar aburriendo a la gente al expresar todo esto, siento que estoy dando una mala imagen de mí misma y que la gente se va a cansar de ver que siempre estoy igual, pero evitaría sentirme así si estuviera en mis manos.