martes, 3 de octubre de 2023

Mi demisexualidad y yo.

 "Demisexual"

Un término hasta ahora poco conocido, pero que básicamente ha descrito toda mi vida en lo que a relaciones se refiere, pero yo no lo sabía. O mejor dicho, no podía ponerle nombre a mi manera de sentir, hasta que lo descubrí recientemente. No sabía ni que esto tenía un nombre.

La demisexualidad es una orientación sexual que define a la gente que sólo siente atracción por personas con las que previamente se ha establecido un vínculo afectivo. Es decir, estas personas necesitan primero conocer, coger confianza y forjar un cariño o enamorarse, antes de pasar a acostarse con alguien; por lo que no suelen disfrutar del sexo casual como hoy en día hace la mayoría. Tampoco creen en el amor a primera vista; ya que eso es una atracción inicial física; y a los demisexuales, la gente no nos entra por los ojos, sino por la mente y por el corazón; necesitamos conocer primero su interior para que nazca el interés.
Ojo; esto no quiere decir que quieran tener algo con todos sus amigos o con todas las personas con las que cojan confianza. Funciona como cualquier otra orientación sexual: Será algo que se podrá dar o no. Dependiendo de varios factores, como el grado de cercanía
 y cariño que se coja, si ha nacido algún tipo de sentimiento más, y de su orientación sexual principal.

En varias definiciones que he visto, se dice que a los demisexuales les da lo mismo que la otra persona sea hombre o mujer; que se les despierta el deseo si se forja la confianza y el cariño.
Yo siento y opino que eso es totalmente falso. Dentro de los demisexuales vamos a encontrar a heteros, homos, y bisexuales. Yo por ejemplo, me identifico como demisexual por los sentimientos y pensamientos que he tenido toda mi vida, pero sólo con hombres. Jamás se me ha despertado el más mínimo deseo sexual ni interés más allá de la amistad hacia otra mujer. Así que, como dijo otra persona en un vídeo o comentario de vídeo en Youtube, yo soy "Demi-hetero"; para que no se confundan.

Ante la pregunta de "¿Cómo me gustan los chicos?", mi respuesta siempre ha sido:

"No tengo ningún criterio fijo; a mí me empieza a gustar alguien si me voy sintiendo cómoda con el tiempo y con el trato". 
Patrón principal de la demisexualidad; y yo siempre me he sentido rara explicando esto, al ver que otras personas sí tienen claras una serie de características físicas o de personalidad como requisitos para fijarse en alguien.

Además de otras frases que me han acompañado a lo largo de mi vida; como:

- "No se puede estar con alguien por quien no sientes nada".
- "No me gusta que me presionen; las cosas se van dando poco a poco y así es más bonito".
- "No disfruto igual el sexo con personas con las que no tengo ninguna conexión emocional" (Sí, lo expresaba así tal cual dice la definición; por eso me sorprendió tanto cuando la encontré) 
- "No es lo mismo el placer solamente físico, que el físico unido al emocional". 
Porque cuando estás con una persona hacia la que sientes algo, todas las sensaciones se multiplican hasta el infinito; y nunca he entendido la facilidad de algunas personas para acostarse con desconocidos que a lo mejor sólo han visto ese mismo día.

También está el hecho de que a lo largo de mi vida, solamente me he enamorado de amigos o compañeros de clase o del entorno de trabajo. Contextos donde siempre hay trato entre las personas y se llega a generar la complicidad que necesito para que pueda dar lugar a más pasos.
Y ahora con la era de Internet, también he llegado a desarrollar ese tipo de sentimientos hablando con alguien a través de mensajes; incluso cuando aún no le había puesto cara a la persona en cuestión. Dos veces me ha pasado y las dos veces ha sido tras haber congeniado escribiéndonos; haber sentido conexión y cercanía a través de los textos intercambiados. Luego me han enviado fotos y ahí sí me han resultado atractivos a nivel físico también. Pero cuando ya existía el vínculo emocional.
Si lo primero que veo es una foto, no se activa nada en mí. Por eso nunca me he sentido especialmente cómoda en aplicaciones como Badoo, Tinder, y similares. Sólo un afortunado con mucha paciencia logró llegar a mi corazón y actualmente lleva casi 2 años formando parte de mi vida.

Por todo lo anteriormente dicho, tengo claro que me defino como demisexual; siempre he sentido absolutamente lo mismo que describe su significado.

Y creo que también viene de ahí el hecho de que mis relaciones anteriores no hayan funcionado ni hayan durado mucho. Me dejaba llevar por terceros, que decían:
"Si quiere contigo hazle caso, ya te enamorarás después". 
Pues no, yo no funciono así. No puedo salir con alguien sin sentir nada y esperar a que venga el sentimiento después. Yo funciono al revés. Necesito primero sentir y luchar; y después empezar la relación con ganas; no a la fuerza. Que también me gusta currármelo por quien quiero, llevar la delantera en el juego de la conquista, y poner el corazón en lo que hago; no sólo el cuerpo.

Pero quizás el punto más relevante de todos, y que no he dicho hasta ahora pero que serviría para dar por sentado que efectivamente soy una demisexual de libro, es que me esperé mucho para perder la virginidad.
En una sociedad en que la media de edad en la que los jóvenes empiezan a mantener relaciones sexuales se sitúa en torno a los 13 - 14 años, yo no la perdí hasta los 29; y a mucha gente le parece algo inusual y muy raro.
Yo, simplemente no me sentía preparada. No había dado con la persona que me hiciera sentir la seguridad de que realmente quería entregarme a él.
Durante varios años hubo gente que me tachó de "Estrecha", simplemente por no querer acostarme con cualquiera. Como si fuera una necesidad dejar de ser virgen lo más pronto posible.
El golpe del Karma es que luego, muchas personas de las que se entregan prematuramente luego se arrepienten porque no fue como esperaban o con quien realmente querían.
Y en mi caso, valió la pena guardarla durante tanto tiempo porque al final, se dio en un momento en el que realmente me sentí cómoda y con la persona a la que quería por aquel entonces. Simplemente el momento fluyó sin decir ni forzar nada; tal y como yo esperaba que fuese mi primera vez. Hasta entonces, siempre me había sentido muy incómoda cuando otros chicos me lo habían propuesto.

Cada uno tiene sus tiempos para hacer las cosas; y quizás este tipo de aspectos nos llevan más tiempo a los demisexuales, pero lo bueno es que al final, en nosotros todo es más genuino. No hacemos las cosas por hacerlas, sino sintiéndolas; cuando realmente nos nace hacerlas.



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