domingo, 16 de agosto de 2015

La soledad desde sus distintas perspectivas

Existen diferentes maneras de estar solo; y cada una de ellas nos genera diferentes sensaciones y sentimientos.

En esta ocasión voy a hablar de dos formas de soledad.
Una de ellas es la que casi todos buscamos porque nos aporta tranquilidad y libertad; aunque al final, según circunstancias, llega un momento en que cambiamos ese concepto.
La otra, si se practica en contadas ocasiones no es mala; pero si se convierte en una constante, es algo que pesa, duele, y puede llegar a afectar a nuestra estabilidad emocional.


Empecemos por la primera; la que generalmente, no duele.
Es una forma de soledad que buscamos en muchas ocasiones. Seguro que muchos de nosotros, si vivimos con alguien de quien dependemos jerárquicamente, nos sentimos bien y libres cada vez que nos quedamos solos en casa. Es una sensación de la que cada vez queremos más y más. Cuanto más tiempo, mejor.

No dependemos de que nadie nos diga "Haz esto", "Haz lo otro", "A x hora en casa", etc.

Esta es la forma de soledad que me gusta.
Este verano estoy "viviendo sola" por primera vez. Lo pongo entre comillas porque no estoy del todo viviendo sola; pero sí es un primer contacto de cómo será cuando viva sola de verdad.
Por motivos de trabajo, me he quedado sola en casa todo el verano mientras la familia se va de vacaciones. Nunca había estado sola durante tanto tiempo; empecé quedándome fines de semana. 


Y es una sensación de libertad muy grande: Hacer las cosas cuando te apetezca, limpiar cuando quieras (Claro que sin llegar al extremo de vivir como los cerdos), hacer lo que te plazca; ya sea que quieras poner toda la tarde la música a todo volumen y cantar tú también a grito pelado, pasarte todo el día en la cama, soltar tacos a mansalva sin que nadie te amenace con partirte los dientes, con este calor andar por casa todo el día desnudo, salir a patinar a las 12 y media de la noche, salir y volver cuando quieras sin dar explicaciones a nadie ni depender de un horario impuesto, comer y beber lo que te apetezca cuando te apetezca, o acostarse y levantarse a las horas que te apetezca.

Aparte de lo ya explicado antes; el empezar a ver lo que sería vivir solo y aprender a ello: Ocuparse por completo de la casa; la limpieza, lavadoras, cocinar, realizar compras, etc; un primer contacto con la otra cara de la independencia; que cuando sea de verdad tendré que agregar los gastos de la hipoteca o alquiler, agua, luz, etc.
Te ayuda a ganar más autosuficiencia y valerte del todo por ti mismo.


En conclusión, vivir solo implica tener más responsabilidades; pero a cambio tienes una libertad plena en todos los sentidos. Al fin y al cabo, todos buscamos nuestra independencia económica y jerárquica.
El deseo de vivir solo se desvanece cuando encontramos a la persona con la que compartiremos nuestra vida y formaremos una familia; pero claro, no es la misma forma de convivencia que la anterior; pues se convive pero sin depender del otro.


Desde ese punto de vista, estar solo nos gusta a todos; sólo por el placer de hacer lo que nos dé la real gana cuando y como nos dé la gana.


Ahora pasemos a hablar de otra forma de estar solo; vamos a verlo desde la otra perspectiva.
Este tipo de soledad, en su justa medida no es mala; pues nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos o hacer determinados planes a nuestro total antojo.
Pero si se convierte en una constante, puede llegar a pesar en el alma y afectar a nuestra salud mental; los primeros indicios aparecen cuando pensamos o pronunciamos la famosa frase: "Me siento solo/a". 

Y generalmente, la acabamos pronunciando cuando el sentimiento ya es tan grande que nos desborda y no lo podemos seguir ocultando.
Somos seres sociales por naturaleza; por ello una de nuestras necesidades es el contacto con nuestros semejantes. La falta o deficiencia de vida social, puede acabar haciendo mella en la mente y el corazón.


Si bien de vez en cuando nos gusta ir a dar un paseo con la única compañía de nosotros mismos; para ir a nuestro aire y pensar en nuestras cosas... Nada en exceso es bueno. Todos los momentos que vivimos se disfrutan más y mejor si los compartimos con gente que apreciamos.

Yo he ido sola a miles de sitios: Al cine, a caminar, a parques, a bares, restaurantes y terrazas, a patinar, de tiendas, a la piscina, etc.
Las primeras veces no me importaba y disfrutaba viendo cosas y viviendo experiencias en cada salida. Pero de un tiempo a esta parte, algo ha cambiado en mí en lo que a ese concepto se refiere. Ya no me gusta salir sola; me da muchísima pereza.
Si alguna vez estoy que me subo por las paredes de estar encerrada en casa; y salgo a algún lado, el efecto que me produce es volver a casa pronto por puro aburrimiento y sintiéndome peor de lo que me sentía antes de salir.
No hago más que ver parejas y grupos o dúos de amigos por todas partes disfrutando, compartiendo sus momentos, charlando, riendo... Y yo la única que va sola; sin disfrutar del todo; sin reírse ni tener al lado alguien con quien hablar.

Y me duele. Duele tener un día libre pasarlo encerrada en casa por no tener ni con quién ir a tomar ni un triste café y charlar un rato de nuestras cosas. Si a esto le sumamos mi extrema timidez y que le he intentado hacer frente proponiendo planes que la mayoría de las veces no llegan a nada... Apaga y vámonos; encima tengo la sensación de estar cayendo pesada a la gente que aprecio.
Me he llegado a sorprender cuando incluso me vienen ganas incontenibles de llorar; y es algo que me ha pasado varios días seguidos.
De hecho, hace poco me vinieron las ganas al ver a un chico por la calle llamar por teléfono a supongo que algún amigo, y decirle: "Voy a ir esta tarde al cine con los chicos; ¿Te quieres venir?"
Qué bonito que piensen en uno para incluirlo en sus planes.


El sentirse solo no significa que haya que actuar a lo loco acercándose por la calle a cualquier desconocido o conectarse a Internet y quedar con alguien que ni conoces; yo prefiero compartir mis momentos con la gente que aprecio; a quien ya conozco y que tengo cierta confianza.
El conocer más gente y forjar confianza y demás se va dando poco a poco; ni de golpe en dos minutos. Y a una persona tímida eso le cuesta muchísimo más.


Esto no es ninguna broma ni ninguna manera de llamar la atención.
Sentirse solo es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo. Te sientes mal, vacío, frustrado, sin poder dormir, sin ganas de nada y al borde del abismo. Como si fueras un cuerpo sin alma.
No es ninguna exageración. Hace unos 8 años atravesé una depresión por lo mismo; estuve un año yendo al psicólogo.
Siempre me ha costado relacionarme; la mayoría de mi adolescencia; sobre todo en sus inicios, la pasé sola; cuando los psicólogos dicen que en esa edad es especialmente importante el grupo de iguales.
Tampoco es que me pase la vida encerrada como un ermitaño; pero lo que pasa es que son muy contadas las ocasiones en las que tengo ocasión de quedar con alguien; luego de nuevo paso semanas en que la soledad vuelve a instalarse en mí y rebrota la tristeza.



Con esto no pretendo dar pena a nadie ni mucho menos; tan sólo darme a conocer un poco más, y sacar todo lo que tengo reprimido dentro expresándome de la manera que mejor sé. (La escritura).
En el trabajo algunos me han notado un cambio; dicen que últimamente me ven decaída, triste y apagada; que hace semanas que no me río como antes, que qué me pasa. Sí; en el trabajo tengo trato con los compañeros, pero sólo ahí. Es terminar la jornada y estar de nuevo sola. Como en el pasado cuando terminaba la jornada de instituto y volvía a casa; se repite la historia pero en diferente ámbito.


No sé si estaré teniendo una recaída; haber pasado por una depresión no es ningún juego; y si ahora estoy bajo las mismas circunstancias que me desencadenaron aquella que tuve a los 19 años y estoy experimentando los mismos sentimientos... Pues no sé.


3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te quiero y jamás pienses que me caes pesada ( si una de esas personas que aprecias soy yo ) que soy tu madre postiza eehh jajaja muackkkkkkk

      Eliminar
    2. Te quiero y jamás pienses que me caes pesada ( si una de esas personas que aprecias soy yo ) que soy tu madre postiza eehh jajaja muackkkkkkk

      Eliminar

Rubber Balls